En una primera escucha, la única de momento, el regusto que me ha dejado es el de un álbum con mayúsculas. Los años han dejado en Roger un poso de múltiples experiencias, primero con una de las bandas más míticas de la historia del Rock, Pink Floyd, y después con una carrera en solitario brillante. En estos años de carrera solista además de sus discos propios ha montado espectaculares giras en recuerdo de álbumes inolvidables de los Floyd. Personalmente pude asistir a la de The Dark Side of The Moon y a la The Wall, y ambas fueron unos conciertos insuperables.
Con Is This The Life We Really Want, Waters nos sumerge en un torbellino de sensaciones y recuerdos, influidos por lo más selecto de su dilatada carrera. Escuchar esas composiciones son evocaciones directas a tardes enteras en compañía de Pink Floyd, quizá me estoy dejando arrastrar por mí pasión floydiana, pero encuentro guiños a discos memorables como Animals o The Wall. Incluso me parece volver a escuchar aquellos teclados tan atmosféricos del maestro Richard Wright, la deliciosa guitarra de Gilmour o la gran batería de Mason.
Seguramente muchos dirán aquello de repetir esquemas, de no inventar nada nuevo y probablemente tengan algo de razón. Pero a mi me gusta tal y como suena, son los sonidos de mi vida y todo lo que me los recuerda me llena de emoción. Ya os digo que se trata de un gran disco y apostaría a que con toda seguridad estará entre los mejores del 2017.
Os propongo una nueva canción, Déjà Vu, con la que podemos seguir haciendo una aproximación a la grandeza de este álbum.
No hay comentarios:
Publicar un comentario