Fiel a su estilo, toma elementos musicales de diversas procedencias, un poco de jazz-rock, mezclado con esencias del progresivo de los 70, unas pinceladas de metal e incluso unos ligeros toques del sonido pop, para fabricar unas canciones elegantes en la forma y sobrias en el fondo.
En definitiva, a final de 2015 cuando hablemos de lo mejor de la cosecha progresiva del año, sin lugar a dudas allí estará este álbum del maestro Wilson.
Os pongo el tema que promociona el disco y que de una manera inequívoca ya nos enseña el camino por el que nos hará pasear el artista.
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