A pesar de haber hablado mucho con ella en ese espacio de tiempo, a uno siempre le queda la sensación de que le quedaba tanto por decir. No ha pasado un solo día de este último año en el que no haya pensado en ella, siempre madre hasta el final, siempre pendiente de nosotros, todo le parecía poco.
Su vida fue dura desde su más tierna infancia, terriblemente injusta desde el mismo momento de nacer, por las condiciones sociales de aquellos años, la guerra civil y la terrible posguerra.
Toda la vida trabajando, primero en su pueblo natal, Montejaque, después por otros rincones de España y Alemania, para acabar en Catalunya a finales de los 60 donde por fin pudo echar raíces y formar el hogar que tanto deseaba.
Mamá, tu paso por mi vida estará siempre en mi corazón, en mis pensamientos y en mi manera de ser.
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