La gran novedad de esta gira radica en el cambio de teclista y, sobre todo en mi opinión, en el gran acierto con el sustituto de Wakeman, el talento y el prestigio de Rick es de sobra conocido por todos, y reemplazarlo no debió ser tarea fácil. Hay es donde entra en juego Patrick Moraz, un teclista de formación más jazzera, con una técnica y un dominio de los instrumentos exquisito que supo implicarse en el proyecto de una manera total.
Moraz sabe dotar a Yes de un sonido muy personal, no sigue la tradición barroca y teatral de Wakeman, ni tan siquiera intenta imitarlo o copiarlo, sino que imprime a los teclados su huella particular, de tal forma que hace que nos olvidemos de Rick, y que descubramos un nuevo universo sonoro dentro de la misma banda y esa no era una tarea sencilla.
Por lo demás, Yes se componía de los habituales miembros de la formación más clásica, esto es, Anderson, Squire, Howe y White.
Recordemos y disfrutemos de este enorme directo con un temazo compuesto para el propio Relayer, ni más ni menos que The Gates of Delirium.
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