En la entrada del año pasado escogimos una canción del primer álbum de Pink Floyd, un trabajo ideado y compuesto por él. En esta ocasión nos vamos a centrar en sus trabajos en solitario y de uno de ellos escogeremos el tema que ilustre este pequeño recordatorio.
Syd fabricó dos magíificos discos de estudio una vez se apartó de la banda, ambos editados en 1970: The Madcap Laughs y Barret. En los dos contó con la producción de sus amigos Gilmour y Waters y en el primero además con la colaboración de The Soft Machine. Son dos trabajos que resumen de forma bastante clara en m opinión su manera de entender la música. A pesar de los graves problemas de salud que ya arrastraba tuvo momentos de una gran lucidez para dejarnos estos enormes testimonios.
Nos quedamos con su segundo disco en solitario, Barret y la canción Baby Lemonade.
La verdad es que siempre he sentido cariño por este hombre que era un genio pero con un mundo interior tubulento, frágil y tal vez algo ingenuo y que fue pasto de ese mundo de intereses dentro de la industria musical.
ResponderEliminarDe haber seguido en Pink Floyd me pregunto cual habría sido la orientación de la banda, habría sido todo distinto?