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viernes, 16 de enero de 2015

Pink Floyd: The Endless River

Probablemente estemos ante el último trabajo de estudio que publicará Pink Floyd, su obra póstuma. Y digo probablemente, porqué el futuro por muchos adivinos y profetas que se nos presenten nadie lo puede predecir.




En mi opinión un trabajo digno para cerrar una de las historias más hermosas del mundo de la música. Un disco trabajado y emocionado que refleja fielmente la esencia de la banda, con unas guitarras repletas de sentimiento, unas bases de teclados con todas las texturas que solo Wrihgt sabía darle y una sección rítmica acompasada y eficiente.

A estas alturas de la película Pink Floyd no va a descubrirnos el rock progresivo, todos sabemos lo que podemos encontrar y ellos saben darnos lo que queremos escuchar. Tampoco inventan nada nuevo, ni se ponen a experimentar en nuevas sendas sonoras, para mi tampoco era necesario. Ofrecen lo que siempre nos han ofrecido y la mayoría de las veces con mucho acierto: una música para dejarse llevar, el destino del viaje lo eliges tú.

Pero a la vez, también nos ofrece la oportunidad de escuchar las últimas composiciones de Richard, un teclista que en algunas ocasiones parece ocupar un segundo plano, frente al protagonismo de Waters y Gilmour, pero sin duda una pieza clave para el engranaje del grupo.

Una muestra de lo que nos ofrece Pink Floyd con el siglo XXI bien entrado, la tenemos con el siguiente vídeo que une dos canciones del álbum.



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